Lo vivido sobre las 10.30 de la mañana del sábado en el aaiún, una hora más en Madrid, explica bien la situación de tensión que se vive en la capital del sahara, especialmente alrededor del bario de casa piedras.El doctor domingo guzmán-pérez, que sigue la recuperación de aminatu haidar, se ha acercado en un coche a la vivienda de la activista cuando la policía le ha impedido el paso, como ha presenciado abc.
Una prima de Haidar, que hacía de chófer de Guzmán, ha avisado a la activista por el teléfono móvil. Impulsada por el resorte de la indignación, en unos minutos Haidar ha aparecido al fondo de la calle como un fantasma. Arrastraba los pies mientras se apoyada sobre su hija Hayat y otro familiar.Es la primera vez que ha puesto los pies en las calles de su ciudad desde su regreso de Lanzarote hace día y medio. Lo ha hecho en contra del reposo ordenado por el doctor, pero dando a entender que hay cosas que le importan más que su recuperación física.Haidar no ha dudado en encararse con la treintena de agentes que la han rodeado, al igual que a los dos reporteros que han presenciado la escena. Los policías, algunos especialmente violentos, se han cuidado de no poner la mano encima a Haidar, que por momentos ha apoyado su cabeza en el coche porque perdía el equilibrio.Finalmente, los agentes han dejado pasar el coche con Haidar y el médico dentro. Guzmán-Pérez ha confirmado minutos después que la activista está más tranquila y que su recuperación marcha bien.
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