Porque no olvido,
podrán pasar ejércitos de palabras
cosiendo negativas en mi alma,
podré escuchar versos cadenciosos,
negando mi origen,
justificando que duerma.
No consiento, no transijo.
Vendrán a mí, hombres anunciando ser justos
para hastiar de nubes mi razón,
y en los ojos y oídos descansando
su olvido, me dirán que no existo,
que el dolor fue un sueño,
que nunca hubo cárceles de niños,
ni muertos, ni hambres de conciencia,
que nunca hubo río, ni de agua, ni de sangre,
ni barrios de protesta en la calle,
que los hombres son arena de desierto,
y no aúllan las barreras del silencio.
No consiento.
Me dirán que mi piel se desvanece,
que mi padre no fue y no nací,
que no hubo exilio, ni guerra,
ni campos de la miseria,
ni palabras en mi boca,
ni sal en los ojos,
ni en mi sangre venas,
que la verdad no es eterna,
como el amor,
que me olvide,
que todo lo olvide, que fue un sueño.
No consiento.
Olvido en español, pero no en hassanía.
Por un Sáhara libre,
Salka Embarek.
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